Las máscaras se han convertido en todo un asunto en Estados Unidos, pues al igual que las vacunas, aunque autoridades de salud insisten en que son necesarias para frenar el auge del COVID-19, en algunos estados y municipios se ha implementado su uso de manera exigente, pero otras partes del país se ha relajado esa norma y hasta se pasa por alto.
Y siendo los niños una población propensa, no tanto a enfermarse gravemente por el coronavirus, sino a contagiarse y esparcir el virus entre otras personas, una de las preguntas que muchos padres se hacen es ¿qué tan efectivo resulta el uso de máscaras en pequeños para protegerlos del COVID?. En escuelas como las de Nueva York es requisito el uso de mascarillas, mientras que otras escuelas en otros estados, como Arizona, no tienen exigencia de uso de tapabocas en centros educativos, lo que mostró un severo impacto.
Así lo evidenció un reporte de los CDC (Centros para el control y prevención de enfermedades), donde datos dejaron ver que las máscaras sí protegen a los niños en escuelas donde su uso ha sido obligatorio, y dejan expuestos a pequeños en estados donde no hay una norma semejante en vigor.
Los CDC publicaron tres estudios de Morbilidad y Mortalidad donde salieron a la luz, lo que ya se esperaba: el uso de tapabocas universal es urgente para “detener la propagación del COVID y minimizar las interrupciones en las operaciones escolares” para que el cambio de la virtualidad a la presencialidad sea segura para todos.
“Estos estudios encontraron que los distritos escolares sin una política de uso de máscaras universal en vigor, tenían más probabilidades de tener brotes de COVID-19. A nivel nacional, los condados sin requisitos de enmascaramiento vieron el número de casos pediátricos de COVID-19 aumentar casi dos veces más rápido durante este mismo período”, dijeron los CDC en su informe.
Los datos fueron más preocupantes todavía en un par de escuelas sin orden de uso de máscara, en los que los niveles de propagación de COVID se triplicaron.
“Un informe de Arizona reveló que las escuelas en dos de los condados más poblados del estado tenían 3.5 veces más probabilidades de tener brotes de COVID-19 si no tenían un requisito de máscara al comienzo de la escuela en comparación con las escuelas que requerían enmascaramiento universal el primer día”, sentenció el reporte de los CDC.
“El uso de máscara universal es un componente importante en la estrategia de prevención en capas recomendada para las escuelas, y este estudio continúa demostrando que las mascarillas cuando se usan como parte de una estrategia más amplia pueden reducir la propagación de COVID-19, previenen brotes en las escuelas”, advirtió el órgano federal de salud.
“Otro informe encontró que durante las dos semanas posteriores al inicio de la escuela, el cambio promedio en las tasas de casos de COVID-19 pediátricos fue menor entre los condados con requisitos de mascarilla escolar (16,32 por 100.000 / día) en comparación con los condados sin requisitos de mascarilla escolar (34,85 casos por día). 100.000 / día)”, agregaron.
“Esto resalta el impacto que las políticas de enmascaramiento universal pueden tener en las comunidades que rodean estos distritos escolares, ya que el impacto de las políticas puede reducir la carga sobre los sistemas de atención médica que apoyan a estos distritos escolares”, fue otra de las advertencias del informe.
Asimismo, y citando datos de un tercer estudio sobre los cierres de escuelas relacionados con COVID-19, mostró que a pesar de que ha habido 1,801 cierres de escuelas desde que arrancó el nuevo a no escolar hace apenas unos días, el 96% de los planteles ha seguido abierto, gracias a medidas de ambientes seguros, como el uso de máscaras.
“Estos estudios continúan demostrando la importancia y la eficacia de la Guía de los CDC para la prevención de COVID-19 en escuelas K-12 para ayudar a los distritos a garantizar un aprendizaje en persona más seguro y detener la propagación de COVID-19”, mencionaron en su comunicado los CDC. “Promover la vacunación de personas elegibles, el uso de mascarillas y las pruebas de detección son métodos probados para continuar trabajando hacia el final de la pandemia de COVID-19”.