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España, uno de los países más afectados del planeta por la pandemia del coronavirus, empieza a reactivar la normalidad en casi todas sus ciudades. En Mallorca, el final de la cuarentena llegó con una lujosa sorpresa entre los habitantes que ya empiezan a volcarse a las playas para palpitar el verano europeo.
Rafael Nadal y su esposa Mery Perelló estrenaron un lujoso catamarán valudado en 6.2 millones de dólares. El yate, al que bautizaron con el nombre de Green White, es tan grande que los empleados del Club Náutico del Porto Cristo de Mallorca se vieron obligados a aplicar una remodelación a los amarres para que pudiera entrar. Se trata de un auto regalo de cumpleaños. Rafa celebra los 34.
La pareja fue vista este viernes abordando el barco en compañía de Sebastián y Maribel, padre y hermana del tenista de 34 años. Los cuatro tripulantes colaboraron con los auxiliares del lugar para quitar los plásticos protectores que recubrían algunos sectores del flamante catamarán.
El tenista mallorquín explicó que el propósito de este tipo de adquisiciones es ganar en privacidad. Se le hace imposible disfrutar de unas vacaciones como al resto de los mortales. Por eso, el Green White no es el primer yate que dispone la pareja. En junio de 2019, el mallorquín vendió su anterior catamarán, al que había bautizado con el nombre de Bethoven. Por ese barco, de 23 metros de eslora, cobró 3 millones de dólares.
El Green White tiene 28 metros de eslora y cuenta con más lujos que el Bethoven. Se destaca la suite principal, con una cama doble que da a la terraza de la proa. También se destacada por una piscina de hidromasajes, spa, habitaciones para 12 tripulantes, bar, una lancha auxiliar y dos motos de agua.
Las Islas Baleares ingresaron recientemente en la fase 3 de la cuarentena. Esto implica la autorización de los lugares recreativos y restaurantes para abrir aunque con el 40% de la ocupación total de los locales. No se puede circular sin mascarilla y se exige respetar la distancia social de al menos 1.5 metros entre ciudadano y ciudadano.
La noticia fue un alivio para el oriundo de Manacor. En distintas entrevistas que brindó durante la cuarentena, Rafa no se cansó de repetir cómo el confinamiento afectaba su estado de ánimo. “Estoy desbordado con el trabajo en casa. Más fácil sería estar en el torneo de Montecarlo (iba a disputarse a mediados de abril), entrenando tres horas de tenis”, dijo en un reportaje reciente que brindó en simultáneo para varios medios internacionales.
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