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Cuando el Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (National Institute of Allergies and Infectious Diseases) y miembro del equipo de trabajo contra el coronavirus designado por el Presidente Trump, estimó que el número de víctimas relacionadas con el coronavirus alcanzaría los 200.000, muchos guardaron la esperanza de que estuviera equivocado.
Pero con el número de casos superando los 185.000, según datos del Centro de control de enfermedades (CDC), y nuevos modelos que proyectan que más de 600.000 ciudadanos americanos podrían morir a causa de la enfermedad, la preocupante predicción de Fauci está revelando no ser una sobre estimación, sino el mejor escenario posible.
El instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington creó tres modelos para evaluar las proyecciones para el número total de víctimas en EE.UU. dependiendo de si los lineamientos de uso de mascarillas se implementan rigurosamente, si los condados continúan haciendo las cosas como lo ha hecho hasta ahora o si las restricciones se levantan. Según estas proyecciones, en el mejor de los casos, el número de muertos alcanzaría casi los 300.000.
Según el modelo en el cual las mascarillas se utilizaran de manera universal, el instituto predice que 288.380 ciudadanos estadounidenses morirían de coronavirus para enero 1 de 2021.
Este modelo, al igual que los otros dos, muestra un repunte durante la ajetreada temporada de festividades que va desde antes del Día de Acción de Gracias hasta el Año Nuevo. Sin embargo, por lo general es estable, y refleja lo que Fauci, la Dra. Deborah Birx y otros profesionales de las salud han estado afirmando desde hace meses: el uso de mascarillas reduce el contagio y, por lo tanto, puede ayudar a controlar el número total de víctimas.
La revista Health Affairs publicó un artículo señalando que “un mandato para el uso universal de mascarillas probablemente sirve como una señal contundente o respaldo a una comunidad para tomarse el asunto en serio, y por lo tanto, ayuda a modificar las normas de dicha comunidad”, al tiempo que denunciaba a otros estados por la negativa a emitir este tipo de órdenes.
Goldman Sachs reportó que el uso de mascarillas podría prevenir otra cuarentena y como resultado podría ahorrarle al Producto Interno Bruto Nacional hasta 1 billón de dólares.
Un reporte que Jama Network del 10 de agosto encontró que las políticas para el uso de mascarilla han ayudado a varios estados a reducir las cifras de casos: Una evaluación de políticas estatales mostró mayor reducción en casos diarios de COVID-19 luego de que se implementaran mandatos para el uso de mascarillas comparado con estados donde esos mandatos no se emitieron. Las protecciones faciales proveen control en la fuente para evitar la exposición de otros al contagio y puede ser de utilidad para prevenir la transmisión de enfermedades en la comunidad.
El Dr. Robert R. Redfield, director de los CDC estuvo de acuerdo. “No estamos indefensos ante el COVID-19. Los protectores faciales de tela son una de las armas más poderosas que tenemos para desacelerar y detener la propagación del virus…”, afirmó.
Incluso el presidente Trump le dijo a sus simpatizantes durante una manifestación en Pensilvania, que se “distancien durante el fin de semana y todas esas cosas. Usen su máscara en particular cuando estén cerca y lávense las manos y todo eso”, reportó Associated Press.
Proyecciones basadas en la trayectoria actual del virus en EE.UU. sugieren que más de 200.000 personas más podrían morir para el final de este año.
Según un escenario en el cual el distanciamiento social y el uso de mascarillas continúa como ha venido durante los últimos meses, el instituto predice que 410.450 ciudadanos americanos podrían morir de coronavirus para el 1 de Enero de 2021.
Esto difiere de la proyección realizada por el instituto hace aproximadamente un mes, la que estimaba que el número de víctimas probablemente alcanzaría las 300.000, según reportó NPR. En ese artículo, NPR señaló un número de factores, como las temperaturas invernales que obligan a la población a pasar más tiempo puerta adentro, que pudieran conducir a un repunte.
Otros factores incluyen el regreso a clases de las escuelas, posiblemente universidades, y las festividades de Acción de Gracias y Navidad, las cuales no han sido fiestas socialmente distantes, tradicionalmente.
Según el modelo que retrata el peor de los casos, podría haber más de 600.000 muertes relacionadas con el coronavirus.
De acuerdo con el escenario en el cual se levantaran las restricciones, el instituto predijo que 620.000 ciudadanos americanos perderían la vida debido al coronavirus antes del fin de año.
Nicolas Reich, bioestadista de la Universidad de Amherst, en Massachusetts, dijo que los modelos son meramente “proyecciones de ¿qué tal si?”, dado que no es posible predecir el futuro de manera confiable. Sin embargo, le dijo a NPR que su valor está en que contribuye a determinar soluciones para evitar todas las muertes que sea posible.
Una de esas soluciones no parece ser relajar las medidas de restricción. Con base en lo que ha ocurrido en el pasado, levantar dichas restricciones ha llevado al aumento de casos, así lo reportó CNBC. Poco después de que se levantaran las restricciones en mayo, los estados de Alamaba, Dakota del Sur y Texas vieron un aumento en casos de coronavirus.
Mientras testificaba en una audiencia ante la Comisión de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado, Scott Gottlieb, ex Comisionado de la FDA (Food and Drug Administration), dijo que levantar medidas de restricción demasiado pronto podría desencadenar brotes.
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“Lo que he expresado antes y ahora, es mi preocupación de que si algunas áreas, ciudades, estados, como sea, se saltan los varios puntos de control y, de manera prematura se abren sin tener la capacidad de responder efectiva y eficientemente, comenzaremos a ver pequeños picos que podrían convertirse en brotes” dijo.