Donald Trump está bajo la lupa del FBI por los documentos sobre armamento nuclear de un gobierno extranjero que agentes de la fuerza de seguridad hallaron el mes pasado, durante el allanamiento realizado en la mansión Mar-a-Lago, propiedad que el expresidente posee en Florida.
Según fuentes relacionadas con la investigación consultadas por The Washington Post (The Post), algunos de los documentos incautados detallan operaciones ultrasecretas de EE. UU. que, en muchos casos, aún son desconocidas por altos funcionarios de seguridad nacional.
Solo el Presidente, algunos miembros de su gabinete o un funcionario cercano al gabinete podrían autorizar a otros funcionarios gubernamentales a conocer detalles de estos programas de acceso especial, según personas familiarizadas con el registro en el domicilio de Trump, que hablaron bajo condición de anonimato para describir información confidencial sobre la investigación en curso.
The Post reporta que el FBI recuperó más de 300 documentos clasificados de Mar-a-Lago este año: 184 en un conjunto de 15 cajas enviadas a la Administración Nacional de Archivos y Registros en enero, 38 más entregados entregado por un abogado de Trump a los investigadores en junio, y más de 100 documentos adicionales descubiertos en una búsqueda aprobada por la corte el 8 de agosto.
Un abogado de Donald Trump se quejó por la filtración de los documentos referidos al armamento nuclear de un gobierno extranjero
Christopher Kise, un abogado del expresidente Trump, denunció las filtraciones sobre el caso, y expresó su molestia al considerar que “continúan sin respeto por el proceso ni consideración por la verdad real. Esto no sirve bien a los intereses de la justicia”.
“Además, el daño a la confianza pública en la integridad del sistema simplemente no puede subestimarse. El curso de acción responsable aquí sería que alguien —cualquiera— en el Gobierno ejerza liderazgo y control. La Corte ha proporcionado un camino sensato a seguir que no incluye la filtración selectiva de información no verificable y engañosa. No hay razón para desviarse de ese camino si el objetivo es, como debe ser, encontrar una solución racional a los problemas de almacenamiento de documentos que se han descontrolado innecesariamente”, justificó su postura Kise, en diálogo con The Post.
Al ser consultados por el mismo medio de noticias, los portavoces del Departamento de Justicia y el FBI se negaron a comentar.
Las fuentes de la investigación consultadas por The Post no identificaron al gobierno extranjero en cuestión, y tampoco precisaron dónde se encontró el documento en Mar-a-Lago. Además, se negaron a brindar detalles adicionales sobre una de las investigaciones de seguridad nacional más delicadas del Departamento de Justicia.
Donald Trump consideró que el tema de las armas nucleares “es un engaño”
The Washington Post informó anteriormente que los agentes del FBI que registraron la casa de Trump buscaban, en parte, documentos clasificados relacionados con armas nucleares. Después de que se publicó esa historia, Trump la comparó en las redes sociales con una serie de investigaciones gubernamentales anteriores sobre su conducta.
“El tema de las armas nucleares es un engaño, al igual que Rusia, Rusia, Rusia fue un engaño, dos juicios políticos fueron un engaño, la investigación de Mueller fue un engaño y mucho más. Las mismas personas sórdidas involucradas”, escribió, y luego sugirió que los agentes del FBI podrían haber plantado pruebas en su contra.
Una citación del gran jurado emitida el 11 de mayo exigió la devolución de “todos los documentos o escritos bajo la custodia o el control de Donald J. Trump y/o la Oficina de Donald J. Trump con marcas de clasificación”, incluido “Alto secreto” y bajo las categorías “Secreto” y “Confidencial”.
Una persona familiarizada con la búsqueda de Mar-a-Lago dijo que el objetivo de la lista completa era asegurar la recuperación de todos los registros clasificados en la propiedad, y no solo aquellos que los investigadores tenían motivos para creer que podrían estar allí.
Entre los más de 100 documentos clasificados incautados en agosto, algunos estaban marcados con la sigla “HCS”, que según The Post refiere una categoría de información gubernamental altamente clasificada conocida como “Sistemas de control HUMINT”, que son sistemas utilizados para proteger la inteligencia recopilada de fuentes humanas secretas, según una presentación judicial. Una declaración jurada parcialmente abierta decía que los documentos encontrados en las cajas que se enviaron a los Archivos Nacionales en enero estaban relacionados con el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera. También había material que nunca fue destinado a ser compartido con naciones extranjeras, agregó The Post.
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