Arqueólogos polacos descubrieron una “nevera antigua” durante los trabajos de excavación en un campamento de la legión romana en Bulgaria, y la relacionaron con una especie de frigorífico para preservar cortes de carne animal que en aquel entonces servían como alimento para la población.
Encontrado en lo que era una habitación en el cuartel militar en Novae, el arqueólogo principal, el profesor Piotr Dyczek, del Centro de Investigación de la Antigüedad del Sudeste de Europa de la Universidad de Varsovia, dijo que la unidad de almacenamiento de alimentos estaba hecha de placas de cerámica y contenía fragmentos de platos y huesos de animales, según consigna el medio estatal Science in Poland.
Asimismo, Dyczek agregó que los fragmentos óseos conservados dentro del frigorífico tienen rastros de tratamiento térmico, lo que significa que la carne almacenada había sido horneada. También reportaron la presencia de partículas de carbón y un fragmento de un pequeño cuenco que, según el experto, podrían haber sido los restos de un objeto utilizado para repeler insectos.
Según el arqueólogo, los descubrimientos de tales ‘refrigeradores’ son raros, porque rara vez sobreviven a las reconstrucciones de edificios.
Construida en el siglo I d.C. por la primera legión itálica de los romanos (legio I Italica), Novae era una base permanente en el limes – límites fronterizos del imperio romano- del Bajo Danubio, en la provincia de Moesia inferior, precisa Science in Poland.
En el año 69 se decidió reforzar la frontera del imperio ya que la vecina Dacia se consideraba una amenaza. En consecuencia, la legión recién formada, cuyos reclutas eran de origen italiano, fue trasladada al Danubio.
Los arqueólogos polacos, junto a sus socios búlgaros, hallaron una interesante colección de monedas
Otro descubrimiento digno de mención es una colección de monedas. Una gran parte proviene de capas que abarcan el período que va desde la invasión goda a mediados del siglo III, hasta el comienzo del reinado de Constantino el Grande (principios del siglo IV), de acuerdo a la información proporcionada por Science in Poland.
“En ese momento, Novae se estaba transformando lentamente en una ciudad civil. Además, gracias a los últimos hallazgos, obtuvimos suficientes datos para poder recrear esa parte de la historia de este antiguo asentamiento, que hasta ahora estaba envuelta en un misterio”, valoró Dyczek.
Los arqueólogos también hallaron toda la cadena de muros de ese período y los restos de una casa. En el interior, había piedras de molinillo, pesas para tejer y pescar, malacates, fosas con huesos y fragmentos de vasijas, entre otros objetos.
Durante los trabajos de excavación también aparecieron restos de la red de suministro de agua que había construído el Imperio Romano
Los arqueólogos también descubrieron fragmentos de sistemas de suministro de agua hechos tanto de cerámica como de tuberías de plomo que, según Dyczek, rara vez se conservan porque la materia prima con la que se fabricaron era valiosa y, por lo tanto, se reutilizaba.
Según el Dr. Martin Lemke, del Centro de Investigación de la Antigüedad del Sudeste de Europa, los fragmentos de la red de suministro de agua en Novae muestran que el ejército romano le dio gran importancia a garantizar el acceso ininterrumpido al agua como la necesidad más importante: los soldados, por ejemplo, podrían usarla en baños termales.
Durante la entrevista con el citado medio, Dyczek contó que el acueducto de casi 10 kilómetros -6,2 millas- de largo abastecía de agua a dos grandes tanques ubicados fuera del campamento. Desde allí, se distribuía mediante una compleja red de abastecimiento de agua y canales a destinatarios individuales y luego se descargaba en el río Danubio, cuyo caudal de agua no era accesible para el consumo humano en aquellos tiempos debido a su altos niveles de contaminación.
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