El virus que puso al mundo de rodillas desde finales del año pasado continúa desplegando una desconcertante variedad de posibles secuelas. Ya se sabe que algunos pueden tener COVID-19 y ni siquiera saberlo porque no tienen síntomas, o pueden morir de la enfermedad en cuestión de días o semanas. Tambien se sabe que se puede tener síntomas leves o síntomas graves que van desde tos y fiebre hasta pérdida del olfato y el gusto, coágulos de sangre y diarrea. Asimismo se conoce que se puede ser un “transportista largo”, alguien que todavía no se encuentra bien meses después de que el virus se haya borrado de su sistema.
Pero ahora los médicos están revelando algo más. Doctores afirman que han visto a un número pequeño, pero notable de personas que no tienen antecedentes de enfermedades mentales y que mientras se están recuperándo de COVID-19, desarrollan psicosis severa en las semanas o meses siguientes, según múltiples estudios y el New York Times.
Aumentan los informes de casos de personas que se han recuperado de COVID-19 que posteriormente han sido ingresadas en hospitales después de quejarse de escuchar voces, tener alucinaciones y deseos de suicidarse o de matar a otros.
Si bien es algo que los médicos recién comienzan a ver después de algunas infecciones por COVID-19, la psicosis provocada por infecciones no es nueva para los epidemiólogos.
Un artículo publicado en Neuroscience Letters revela lo siguiente:
La literatura que sugiere una asociación entre infección y psicosis se puede rastrear durante muchos siglos, pero incluso ya en las discusiones sobre las ‘psicosis de la influenza’ en los siglos XVII y XVIII se reconoció que las infecciones específicas, predominantemente respiratorias, están temporalmente asociadas con la psicosis aguda. En particular, se notificaron cientos de casos de psicosis aguda postinfluenza durante y después de la pandemia de la influenza española de 1918-19.
La buena noticia es que es posible que la psicosis sea temporal, pero como todo lo relacionado con COVID-19, todavía se desconoce mucho.
Una madre escuchó voces instando a matar a sus hijos, otra mujer asoció el color rojo con personas que querían matarla y un hombre se despertó diciendo: “¡Hoy debería morir!”. Luego intentó “Cortarse el cuello con un cuchillo”.
Dos cosas que tienen en común el pequeño grupo de pacientes diagnosticados con síntomas psicóticos es que todos tuvieron COVID-19, pero no habían padecido previamente trastornos psicóticos.
El New York Times escribió sobre una fisioterapeuta de 42 años que no tenía antecedentes de enfermedad mental y, repentinamente se apoderó de la fantasía de matar a sus cuatro hijos e incluso había hecho planes sobre cómo hacerlo. La voz que le decía que hiciera esas cosas también le dijo que se suicidara, según el periódico.
Asimismo se mencionó la historia de un hombre de 52 años que sobrevivió al COVID-19 solo para desarrollar una paranoia tan fuerte que lo hizo intentar quitarse la vida, como se describe en otro estudio de caso. No tenía antecedentes de enfermedad mental, pero tenía delirios de que era la causa de COVID-19 y descendió al mutismo, o no hablar. Buscó tratamiento, lo que le ayudó temporalmente, pero la paranoia volvió y culminó en que se despertó y declaró: “¡Hoy debería morir! e intentó cortarse el cuello con un cuchillo”, según el estudio de caso.
Después de ser admitido en el hospital para recibir tratamiento adicional, “intentó cortarse la muñeca con un cuchillo de plástico de la bandeja del desayuno”, informó el estudio de caso.
Por otro lado, la psicosis de una mujer de 55 años se desarrolló después de su ataque con COVID-19 en el que se describe que tenía alucinaciones y “delirios paranoicos que involucran simbolismo del color en el que atribuyó el color rojo a las personas que intentaban matarla”, según estudio de caso describió el informe.
La mujer fue internada en un hospital psiquiátrico donde se la describe haciendo cosas extrañas, como lavar su teléfono en un fregadero “y cepillarse los dientes repetidamente con agua y jabón”, según el estudio de caso. Según los informes, la mujer también creía que un pariente con el que tuvo una videollamada no era realmente su pariente, sino que había sido reemplazado o tomado por otra entidad.
Esa paciente tampoco tenía antecedentes de enfermedad mental, según los médicos.
The New York Times escribió: “De hecho, los médicos están informando casos similares en todo el país y en todo el mundo. Un pequeño número de pacientes de Covid que nunca habían experimentado problemas de salud mental están desarrollando síntomas psicóticos graves, semanas después de contraer el coronavirus”.
Los médicos están intentando todo lo que pueden sobre el extraño fenómeno, incluida la terapia electroconvulsiva, para tratar de que los pacientes afectados vuelvan a la normalidad.
Los médicos describen haber probado varios tratamientos farmacéuticos, exámenes en profundidad y hospitalizaciones de pacientes que parecen haber desarrollado psicosis después de recuperarse del COVID-19, pero no hay dos casos iguales y cada uno ha requerido una especie de enfoque de prueba y error.
En el caso del hombre suicida de 52 años, finalmente se sometió a seis sesiones de terapia electroconvulsiva antes de que sus impulsos suicidas se fueran, según el informe de su caso.
The New York Times informó que la madre que desarrolló pensamientos y planes homicidas sobre matar a sus hijos, pasó cuatro semanas en un hospital antes de irse a casa. Ella fue tratada con risperidona, un medicamento que se usa para tratar la esquizofrenia y los trastornos bipolares.
Sigue a AhoraMismo en Instagram
Esta es la versión original de Heavy.