Italia que fuera uno de los países más afectados por la primera ola de contagios del coronavirus en el mes de marzo, hoy frente a una segunda ola de rebrotes que en este sábado presentó un récord histórico de contagios diarios de más de 21,000 infectados, decidió tomar medidas preventivas y anticipadas en contra del virus, frente a las cuales sus ciudadanos se alzaron en protestas y manifestaciones que terminaron en violencia.
En la primera ola de contagios, los italianos cumplieron juiciosamente con todas las restricciones impuestas por el gobierno, pero esta vez las restricciones de la libertades enfurecieron a los sectores más golpeados económicamente por la parálisis social y económica en marzo pasado, por lo que anoche los italianos salieron a las calles de las grandes ciudades como Roma, Milán y Turín a manifestarse pacíficamente en contra de las medidas decretadas por el primer ministro Giuseppe Conte, con el fin de evitar que el coronavirus se propague de nuevo y desborde la atención hospitalaria y deje un sinnúmero de muertos.
Cabe aclarar que en el día de ayer entró a regir un nuevo decreto que entre otras medidas obliga al cierre de establecimientos comerciales como bares y restaurantes a partir de las 18 horas, y además, clausura totalmente los cines, teatros y gimnasios, entre otros establecimientos comerciales dedicados al ocio y el entretenimiento. Esta medida causo en los dueños de negocios y empresas un descontento generalizado, pues apenas comenzaban a recuperar sus economías afectadas por el primer confinamiento, cuando ya esta segunda ola de contagios de nuevo les obliga a cerrar sus establecimientos, presentadoles un panorama desesperanzador que los italianos ya no están dispuestos a enfrentar y han salido a las calles en un grito común y desesperado para pedir al gobierno que “nos ayudan o morimos de hambre”.
No obstante, las protestas que sacudieron la noche anterior varias de las ciudades de Italia, terminaron en disturbios y enfrentamiento de civiles y policías. En Roma por ejemplo a las 18 horas, en la céntrica plaza Campo de Fiori, uno de los centros más concurridos en las noches, el escenario era desolador, todos los establecimientos de vida nocturna estaban cerrados y el lugar totalmente a oscuras. La trattoria Virgilio, frente a la estatua del monje dominico Giordano Bruno, quemado en la hoguera por orden de la Inquisición hace 420 años, colocó frente a las mesas de la terraza un cartel diciendo: “Hoy a las 18:00 hemos sido obligados a cerrar. Tener un futuro es nuestro derecho “firma: Confesercenti, (Asociación de las empresas del comercio, turismo, servicios, artesanos y la pequeña industria).
Asi mismo en Turín, más de 400 manifestantes se congregaron frente al palacio sede de gobierno para gritar ¡libertad, libertad queremos ser libres para trabajar!, además, otros sitios de concentración y de marcha fueron escenario de bombas de gasolina, bombas y botellas, convirtiéndose en actos vandálicos en contra de tiendas de lujo, lo que desencadenó en graves enfrentamientos con la fuerza publica. En el centro de Milán la policía tuvo que dispersar la turba con gases lacrimógenos al igual que en otras ciudades como Trieste y Nápoles que también presentaron disturbios.
En vista de todo lo acontecido, el gobierno, presidentes regionales y alcaldes dejaron ver su gran preocupación, más cuando algunos presidentes regionales apoyan las protestas, y a los que se unen muchos alcaldes como el de Nápoles, Luigi De Magistris, exmagistrado de izquierda, quien ha manifestado todo su apoyo y presencia en las jornadas de protesta.
Por su parte el alcalde de Bari y presidente de la Asociación Nacional de Municipios Italianos (ANCI), Antonio Decaro, ha hecho un llamado a realizar un pacto entre el Estado y los ciudadanos diciendo: “En las próximas semanas corremos el riesgo de ver un crecimiento de la fractura social de la que ya se vislumbran los primeros indicios. Los alcaldes -añade Declaró- lo tienen en cuenta y harán todo lo posible para mantener unidas a las comunidades y extinguir posibles reacciones violentas ante una situación tan difícil”.
Tambien se unen a este llamado una serie de regidores que coinciden con esta petición para que el gobierno ofrezca certezas a cambio de los sacrificios exigidos. “Unidos o fracasará todo”, es el lema del alcalde de Bari. La preocupación se ha hecho extensible por parte del presidente de la república, Sergio Mattarella quien se refirió como “Basta ya de irresponsables. El verdadero enemigo es el virus”.
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