Autoridades médicas del estado de Utah están investigando la muerte de una mujer de 39 años, aparentemente sana y sin ninguna enfermedad preexistente, quien tuvo problemas de salud horas después de haberse aplicado la segunda dosis de la vacuna contra el COVID-19, de la farmaceútica Moderna.
Así lo revelaron medios como FOX New y Kris 6 News, donde se aseguró que la familia de la mujer, identificada como Kassidi Kurill, una madre de la localidad de Ogden, está a la espera de los resultados de los médicos forenses para esclarecer la causa de su fallecimiento, pues consideran que pudo haber muerto por algún tipo de efecto de la vacuna.
FOX News aseguró que aunque los parientes de Kassidi Kurill creen que la muerte de la residente de Utah tuvo alguna relación con la inmunización, los forenses han preferido analizar muy bien las cosas y no apresuarse a emitir conclusiones todavía. La mujer trabajaba como tecnóloga de cirujanos plásticos, por lo que decidió vacunarse.
El noticiero 2News de la cadena KUTV, de Salt Lake City, Utah, informó que la mujer falleció justo cuatro días después de haberse puesto la segunda dosis de Moderna, pero comenzó a sentirse muy mal, una horas después de haber recibido la inyección. El 1 de febrero se vacunó y el 5 de febrero murió, un día después de haber ingresado de urgencias al hospital.
2News presentó un informe, en el que aseguraron que Kassidi Kurill es solo una de 4 personas que han fallecido tras ponerse la vacuna contra el COVID en el estado de Utah, y que sus casos han sido reportado por famliares y cuidadores ante el “Vaccine Adverse Effects Reporting System“, de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
El citado noticiero aseguró que los familiares de Kassidi Kurill manifestaron que la madre, quien tenía una niña pequeña, de 9 años, no solamente era una mujer plenamente saludable, sino que además estaba llena de energía.
La familia insiste en que aun no han recibido un informe oficial sobre si hubo relación entre la vacuna con su deceso.
Alfred Hawley, padre de la mujer fallecida, habló con el noticiero, narró que su hija pasó en cuestión de horas, de estar bien a estar muy mal y luego murió.
“Ella vino temprano y dijo que su corazón estaba acelerado y que sentía que necesitaba ir a la sala de emergencias”, dijo Hawley, recordando que desde que se puso la segunda inyección, se salud empezó a decaer.
“Ella se enfermó de inmediato, dolor en el lugar de la inyección, luego comenzó a enfermarse, comenzó a quejarse de que estaba bebiendo muchos líquidos, pero no podía orinar, y luego se sintió un poco mejor al día siguiente”, dijo el padre de Kassidi Kurill, quien agregó que la primera dosis no presentó complicación alguna.
“Ella estuvo absolutamente bien poniéndoselas. De hecho, nos dijo a todos: ‘está bien, todos deberían ponérsela'”.
El periódico El Diario NY aseguró que luego de haberse inyectado la vacuna se enfermó de gravedad y el 4 de febrero, en menos de 12 horas empeoró su situación y terminó siendo intubada y le diagnosticaron un problema serio al hígado.
Dentro de los síntomas y malestares que la mujer le manifestó a su padre estaban un dolor de cabeza intenso, nauseas y no poder orinar.
El citado medio insistió en que hasta el momento “no está claro el diagnóstico médico sobre el caso”, y citando al Dr. Erik Christensen, del Departamento de Salud de Utah, agregó que pese a los reclamos de los familiares de Kassidi Kurill, todavía los especialistas no han encontrado conexión entre la vacuna y las cuatro muertes en Utah.
“No tenemos ninguna evidencia de que existan conexiones entre las vacunas y las muertes en este momento”, dijo el médico a FOX. “No tenemos ninguna indicación de eso”.