Una mujer que iba a pagar 1500 dólares por dos cirugías terminó pagando 30000. La Corte Suprema de Colorado falló en su favor y la eximió de abonar ese excedente que quería cobrarle la clínica. La justicia le dio la razón al determinar que la mujer nunca había sido notificada del precio real de las cirugías.
Lisa French se sometió a dos cirugías en el año 2014. Desde entonces comenzó a litigar para evitar pagar lo que en Estados Unidos muchos consumidores sufren como “facturación sorpresa”.
Los jueces de Colorado le dieron la razón por decisión unánime. Consideraron que no debía abonar cargos adicionales al St. Anthony North Health Campus en Westminster por esas dos cirugías realizadas en 2014.
El cargo adicional devino de una lista de costos secretos que nunca le fue debidamente comunicada a la paciente. Esta práctica suele ser un artilugio habitual de ciertas empresas o prestadoras de servicio para aumentar el gasto de sus clientes.
Cobros ocultos
Lisa French y su esposo gastaron la mayor parte de su fondo de emergencia para cubrir los costos de las cirugías. Creyeron que el St. Anthony’s era un hospital proveedor de su red de seguro.
Según la justicia de Colorado, un empleado del hospital les informó de un precio incorrecto, mucho menor al que luego le quisieron cobrar, supuestamente porque leyó mal la tarjeta del seguro de la paciente. The Denver Post confirmó que el hospital no estaba dentro de la red de seguros de Lisa French.
El total de la factura de French fue de 300709 dólares. En tanto que el seguro cubró 74 mil dólares.
La demanda contra Lisa French
Los abogados del hospital demandaron a Lisa French por el pago del resto, lo que faltaba para completar la facturación determinada por el centro médico.
Los letrados alegaron que la mujer se había comprometido a pagar “todos los cargos del hospital”. El tribunal advirtió, sin embargo, que esos cargos nunca fueron debidamente especificados en los contratos.
“Las tarifas internas se han vuelto cada vez más arbitrarias y, con el tiempo, han perdido cualquier conexión directa con los costos reales de los hospitales, reflejando, en cambio, tarifas infladas establecidas para producir una cantidad específica de ganancia para los hospitales después de tener en cuenta los descuentos negociados con aseguradoras privadas y gubernamentales”, argumentó Richard Gabriel, miembro del tribunal que eximió a Lisa French.
Estados como Oregon, California y Nueva York combaten día a día lo que se llama facturación sorpresa. El 1 de enero entró en vigencia una ley (“Ley sin sorpresas”) que aspira a proteger a los consumidores de los costos arbitrarios.
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