El exboxeador Mike Tyson reveló que de niño sufría el carácter agresivo de su madre. “La muerte de mi madre fue una de las mejores cosas que me pasó”, contó el excampeón de los pesos pesados en una entrevista con el podcast Club ShayShay.
Tyson creció en Brookly en la década del setenta, cuando la ciudad de Nueva York era un hervido atravesado por la delincuencia. Drogas y prostitución abundaban en las calles de la Gran Manzana. Para protegerlo de ese contexto peligroso, su madre aplicó un método un tanto agresivo. Así lo reveló el expúgil en una entrevista que dejó declaraciones impactantes.
“Era cariñosa pero un poco agresiva”, había dicho Tyson meses atrás en diálogo con HotBoxin.
“Nunca tuvo una vida en común, nunca trabajó mucho. Realmente no tenía miedo de golpearte, golpearte con cualquier cosa, más o menos. Bebía mucho. Tenía muchos novios y esas cosas. A veces su novio venía y estaba borracho, les cortaba los bolsillos y robaba su dinero”, agregó en ese oportunidad.
La muerte de la madre de Tyson
Debido a ese carácter agresivo que describe el excampeón, la muerte de su madre, ocurrida cuando él tenía 16 años, fue un gran alivio en su vida.
“Sabes, una de las mejores cosas que me ha pasado es que mi madre muera. Porque recuerdo que ella me cuidaba como un bebé. Nunca hubiera entrado a las peleas callejeras y de ninguna manera hubiera aprendido a ponerme de pie por mí mismo”, expresó en Club ShayShay.
“Nunca vi a mi madre feliz conmigo y orgullosa de mí por hacer algo. Ella solo me conocía como un niño salvaje que corría por las calles y volvía a casa con ropa nueva que ella sabía que no pagué. Nunca tuve la oportunidad de hablar con ella o saber de ella”, explicó.
La dura infancia de Tyson
Mike Tyson era un niño conflictivo. De chico, sus padres renegaban de su conducta. A los 9 años comenzó a tomarse a golpes de puño en las calle de su barrio.
“Me di cuenta que era más fuerte que el resto cuando los tipos más duros y los criminales del barrio querían estar conmigo. Me unían a sus pandillas. Siempre me decían ‘ve por él, sácale el reloj, o el bolso, esto o aquello’ y de eso se trataba”, indicó.
“Siempre por dinero. Tenía tres o cuatro peleas por día. Esto era a los 9, 10 y 11 años. Esto era natural. Yo estaba hecho para eso, para pelear”, agregó.
El pequeño Mike se dedicaba a robarles a los peatones. Una entrada a prisión por robo le cambió la vida para siempre: “Estaba en una especie de correccional y estábamos viendo la películaThe Greatest (la biografía de Muhammad Ali), era el año 77 o 78 y cuando se encendieron las luces apareció Muhammad Ali. Estaba allí. Por alguna razón dije: ‘Quiero ser como él”.
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