El COVID-19 ha acabado con la vida de más de 730,000 en Estados Unidos, creando de paso algo que expertos han definido como la otra pandemia. Y han sido los niños latinos los que más han sentido ese impacto, al igual que los afroamericanos e indígenas.
Así lo revelaron datos presentados por un informe de los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades), que aseguró que desde que empezó la pandemia del COVID, por lo menos 140,000 niños han quedado huérfanos, tras perder a alguno de sus padres o de sus cuidadores principales y secundarios.
La agencia federal destacó en su anuncio, titulado “la pandemia escondida del COVID-19” con suma preocupación, cómo la pandemia del COVID aumentó la orfandad de niños con una gran disparidad a nivel racial y étnico.
Sobre esas disparidades, los CDC manifestaron que siendo los blancos el 61% de la población total de Estados Unidos, y las minorías raciales el 39%, los niños blancos se convirtieron en el 35% de quienes perdieron a un padre o cuidador principal (51,381 niños), contrastado con latinos, negros y pequeños de minorías, quienes representaron el 65% de los menores que perdieron a sus padres o cuidadores (91,256 niños).
“1 de cada 168 niños indígenas estadounidenses/nativos de Alaska, 1 de cada 310 niños negros, 1 de cada 412 niños hispanos, 1 de cada 612 de niños asiáticos y 1 de cada 753 niños blancos experimentaron la orfandad o la muerte de sus cuidadores”, dijo el reporte de los CDC. “En comparación con los niños blancos, los niños amerindios/nativos de Alaska tuvieron 4.5 veces más probabilidades de perder a un padre o abuelo cuidador, los niños negros 2.4 veces más probabilidades y los niños hispanos tuvieron casi 2 veces (1.8) más probabilidades”.
El reporte mencionó además que estados con amplísima población latina, como California, Texas y Nueva York, registraron la mayor cantidad de niños huérfanos por la pandemia.
“En los estados del sur, a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, incluidos Nuevo México, Texas y California, entre el 49% y el 67% de los niños que perdieron a un cuidador principal eran de etnia hispana”, recalcó el informe.
“A menudo pensamos en el impacto de COVID-19 en términos de la cantidad de vidas que se cobraron por la enfermedad, pero como muestra este estudio, es fundamental abordar también el impacto más amplio, tanto en términos de los que han muerto como de los que se han quedado solos”, dijo el coautor del estudio Charles A. Nelson III, del Boston Children’s Hospital. “Debemos asegurarnos de que los niños que han perdido a un padre o cuidador tengan acceso a los servicios de apoyo que necesitan, y que este impacto adicional de la pandemia COVID-19 se aborde de manera integral, tanto en nuestra respuesta rápida como en nuestra respuesta general de salud pública”.
El reporte mencionó que a nivel general aproximadamente 1 de cada 500 niños en Estados Unidos ha experimentado la orfandad, a causa del COVID.